Existen muchos casos en nuestro país en los que la lentitud de la justicia perjudica de una forma espectacular a la víctima, sobre todo si se trata de un menor.
Pogámonos en situación: una pareja tiene un hijo; cuando el bebé aún no cuenta con un año de vida ella, minusválida y dependiente totalmente de otra persona, decide abandonar a su pareja llevandose al pequeño a su ciudad natal y vivir con su madre. El padre, con tal de no perjudicar a su hijo separándolo de su madre accede y permite que su niño vuele a cientos de kilómetros. La madre de la chica que hasta la fecha se ha estado encargando del cuidado de ésta y del bebé, enferma de repente y a los pocos meses, fallece. En ese momento se encuentran la madre minusválida y dependiente, y su hijo solos. Son acogidos por unos familares que acaban de tener otro hijo, por lo tanto los cuidados que iban a necestar madre e hijo no van a ser suficientes.
Ante la falta de cuidados de su hijo, y una vez que el pequeño ha cumplido 3 años, el comprensivo padre entra en acción y solicita la patria potestad de su hijo para que pueda recibir los cuidados necesarios y el cariño que la familia con la que vive su hijo no le da.
Entre papeleo y abogados de oficio han transcurrido ya unos cinco años. El niño va creciendo y no entiende por qué no puede estar con su padre que es el que le da lo que necesita y es donde se siente querido; pero éste le tiene que quitar esa idea al niño porque aún no sabe nada de la justicia.
En esta historia que es verídica ¿Quién es el que está sufriendo? Sin lugar a dudas el gran perjudicado es el niño que, por culpa de la lentitud de la justicia, no está recibiendo los cuidados que necesita, y lo que es peor, no tiene el amor y el cariño que debiera tener.
¿Es justa la justicia? En este caso concreto la respuesta es NO.
Pogámonos en situación: una pareja tiene un hijo; cuando el bebé aún no cuenta con un año de vida ella, minusválida y dependiente totalmente de otra persona, decide abandonar a su pareja llevandose al pequeño a su ciudad natal y vivir con su madre. El padre, con tal de no perjudicar a su hijo separándolo de su madre accede y permite que su niño vuele a cientos de kilómetros. La madre de la chica que hasta la fecha se ha estado encargando del cuidado de ésta y del bebé, enferma de repente y a los pocos meses, fallece. En ese momento se encuentran la madre minusválida y dependiente, y su hijo solos. Son acogidos por unos familares que acaban de tener otro hijo, por lo tanto los cuidados que iban a necestar madre e hijo no van a ser suficientes.
Ante la falta de cuidados de su hijo, y una vez que el pequeño ha cumplido 3 años, el comprensivo padre entra en acción y solicita la patria potestad de su hijo para que pueda recibir los cuidados necesarios y el cariño que la familia con la que vive su hijo no le da.
Entre papeleo y abogados de oficio han transcurrido ya unos cinco años. El niño va creciendo y no entiende por qué no puede estar con su padre que es el que le da lo que necesita y es donde se siente querido; pero éste le tiene que quitar esa idea al niño porque aún no sabe nada de la justicia.
En esta historia que es verídica ¿Quién es el que está sufriendo? Sin lugar a dudas el gran perjudicado es el niño que, por culpa de la lentitud de la justicia, no está recibiendo los cuidados que necesita, y lo que es peor, no tiene el amor y el cariño que debiera tener.
¿Es justa la justicia? En este caso concreto la respuesta es NO.
Evidentemente una justicia lenta crea injusticias.
ResponderEliminarÚnicamente te muestro mi desacuerdo con tu expresión "entre papeleos y abogados de oficio". Por la parte que me corresponde, la lentitud de la justicia en modo alguno puede corresponder al "abogado de oficio" (por otra parte un profesional ninguneado no ya solo por las administraciones públcias sino por su propio Colegio profesional).
Creo que habría que desterrar esa afirmación que no por mucho repetir es verdad de que si es el abogado es de oficio es "malo" o "no se preocupa", la cuestión si es buen profesional o no, si es honrado o no, y esto es predicable de cualquier abogado sea o no de oficio.
Un abrazo
Querido amigo, en mi artículo no estoy dudando de la profesionalidad o no de los abogados de oficio, y mucho menos les estoy culpando de la lentitud de la justicia, ya que me merecen el mayor respeto del mundo.
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