Hoy es el día después de la Huelga General covocada por los Sindicatos para presionar al Gobierno a que retire o rectifique la ley de la reforma laboral. Día en el que hay guerra de cifras ya que tanto Gobierno como sindicatos se hacen poseedores de la victoria.
Pero la verdadera guerra se vivió ayer en muchas de las calles y centros de trabajo de nuestro país. Allí estaban, como no, los llamados piquetes "informativos" para impedir que el trabajador que quisiera entrar a trabajar y no secundar la huelga no lo hiciera. Aquí hay algo que no me cuadra. ¿Un piquete "informativo" está para informar o para imponer? Porque la imagen que ayer dejó la huelga fue la de unas personas que pretendían ir a trabajar y otra serie de personas que se lo impedían utilizando si es preciso la violencia. Y lo peor y más grave es que estos piquetes pertenecen a los sindicatos convocantes del paro general.
A ver si se enteran los sindicatos que estamos precisamente en la era de la información y ya no sólo existe el periódico impreso como hace 30 años, sino que están las ediciones digitales, informativos en radio cada hora, redes sociales en internet, etc. O sea que la población y la clase trabajadora está perfectamente informada de lo que ocurre en la calle y no hace falta que estos señores vengan a "informarnos" de por qué se convoca la huelga, y mucho menos de impedir que una persona ejerza libremente su derecho a trabajar, sobre todo por la fuerza y con violencia.
Señores sindicalistas, ¿saben Uds. cómo se llama el hecho de imponer algo contra la voluntad de otra persona? Yo se lo voy a recordar. Este hecho se llama dictadura. Régimen contra el cual Uds. lucharon hace años y que ahora permiten al contar en sus filas con los llamados piquetes "informativos", a los cuales les podíais cambiar el nombre y ponerles piquetes impositivos. Con este cambio de nombre seguro que en un día como el de hoy, día después de una huelga, no recibiríais tantas quejas por la labor realizada por estos piquetes. Estarían haciendo alarde de este nombre.
Sres. Sindicalistas que en su día fuisteis los auténticos defensores del trabajador, vuelvan a la senda de ese camino y dejen de ser el verdugo del trabajador que líbremente quiere trabajar. Después de los años vividos de dictadura, dejen que la clase trabajadora tenga la libertad de ejercer o no su derecho a huelga, y en próximas movilizaciones no impongan nada al que no quiera unirse a esa movilización porque tenga claro que constitucionalmente la huelga es un derecho y no una obligación.
Pero la verdadera guerra se vivió ayer en muchas de las calles y centros de trabajo de nuestro país. Allí estaban, como no, los llamados piquetes "informativos" para impedir que el trabajador que quisiera entrar a trabajar y no secundar la huelga no lo hiciera. Aquí hay algo que no me cuadra. ¿Un piquete "informativo" está para informar o para imponer? Porque la imagen que ayer dejó la huelga fue la de unas personas que pretendían ir a trabajar y otra serie de personas que se lo impedían utilizando si es preciso la violencia. Y lo peor y más grave es que estos piquetes pertenecen a los sindicatos convocantes del paro general.
A ver si se enteran los sindicatos que estamos precisamente en la era de la información y ya no sólo existe el periódico impreso como hace 30 años, sino que están las ediciones digitales, informativos en radio cada hora, redes sociales en internet, etc. O sea que la población y la clase trabajadora está perfectamente informada de lo que ocurre en la calle y no hace falta que estos señores vengan a "informarnos" de por qué se convoca la huelga, y mucho menos de impedir que una persona ejerza libremente su derecho a trabajar, sobre todo por la fuerza y con violencia.
Señores sindicalistas, ¿saben Uds. cómo se llama el hecho de imponer algo contra la voluntad de otra persona? Yo se lo voy a recordar. Este hecho se llama dictadura. Régimen contra el cual Uds. lucharon hace años y que ahora permiten al contar en sus filas con los llamados piquetes "informativos", a los cuales les podíais cambiar el nombre y ponerles piquetes impositivos. Con este cambio de nombre seguro que en un día como el de hoy, día después de una huelga, no recibiríais tantas quejas por la labor realizada por estos piquetes. Estarían haciendo alarde de este nombre.
Sres. Sindicalistas que en su día fuisteis los auténticos defensores del trabajador, vuelvan a la senda de ese camino y dejen de ser el verdugo del trabajador que líbremente quiere trabajar. Después de los años vividos de dictadura, dejen que la clase trabajadora tenga la libertad de ejercer o no su derecho a huelga, y en próximas movilizaciones no impongan nada al que no quiera unirse a esa movilización porque tenga claro que constitucionalmente la huelga es un derecho y no una obligación.
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