jueves, 3 de febrero de 2011

LOS GADITANOS EMPIEZAN A MOVILIZARSE

Hace unos días pudimos leer en la prensa local cómo los gaditanos han empezado a movilizarse y echarse a la calle. Una cola impresionante de personas se aglomeraron en una céntrica Plaza de la ciudad con un fin muy importante para los intereses de los ciudadanos. La Plaza era la de Fragela, conocida popularmente como la Plaza del Falla, y los allí congregados pretendían adquirir una entrada para las preliminares del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas que dará comienzo mañana día 4 de febrero. El pasado fin de semana vimos como cientos de personas se concentraban en el Barrio de la Viña, la Plaza de San Francisco y la de San Antonio para participar masivamente en las tres fiestas gastronómicas que se celebran en Cádiz como pistoletazo de salida al Carnaval: la Pestiñada, la Ostionada y la Erizada.

Me parece perfecto y totalmente respetable que los aficionados a los Carnavales comiencen a tomar la calle para vivir y participar de la Fiesta activamente. Pero, ¿por qué no nos movilizamos igual, por ejemplo, en la defensa de la creación de empleo en nuestra ciudad? Ayer, sin ir más lejos, conocimos que las cifras del paro han vuelto a subir y ¿cuál ha sido nuestra reacción? Pues está muy claro, lo mismo que otras veces, Cádiz y sus gaditanos han vuelto a dar la callada por respuesta. Estoy completamente seguro de que si aquí fueramos más reivindicativos no tendríamos que soportar la tasa de desempleo tan alta que tenemos. Pero bueno, así nos luce el pelo y nos dan lo que nos merecemos, o mejor dicho, lo que reivindicamos y exigimos, o sea, nada.

Defendamos la fiesta, pero defendamos también ante las Administraciones que nos presten más atención y apuesten más por nosotros igual que apuestan por otras ciudades.

1 comentario:

  1. Para nuestra envidia, en el Norte sí que se están movilizando. Corto y pego un correo que he recibido de un delegado asturiano de la CGT (los amigos de CC.OO. y UGT no se mueven para no salirse de la foto). Se trata de una supuesta carta a su psiquiatra:

    Estimado Psiquiatra:



    El que esto suscribe, junto con varios centenares de individuos de condición social variada pero tendiendo en general al pobrerío, sufrió en las últimas fechas un proceso alucinatorio durante el cual vivió como realidad una serie de sucesos concatenados que, seguramente, son solamente fruto de una mentalidad desequilibrada.

    Imaginé (qué cosas) que vivía en un país donde el paro aumentaba día a día, donde un gobierno que se decía de izquierdas combatía el paro haciendo más fácil y más barato el despido y, una vez metido en harina, retrasaba la edad de jubilación, privatizaba las cajas de ahorros y se arrojaba en los brazos de los mercados (esa forma new age de llamar a los banqueros de rapiña).

    Imaginé que, ante estos desafueros, los sindicatos del régimen representaban su habitual teatrillo a la que dicen movilización breve y contenida, junto con el tradicional repertorio de promesas incumplidas acerca de huelgas generales, movilizaciones de masas y declaraciones altitonantes para terminar haciéndose la foto de la subvención junto con patronal y gobierno.

    En el colmo del delirio, llegué a soñar que un grupo de sindicatos de esos que llaman minoritarios habían convocado una manifestación contra los recortes sociales el día 25 de enero en Gijón. Juro que me convencí a mi mismo de que había visto carteles que anunciaban esa manifestación con el lema “Sal a la calle antes de que te dejen en ella”, firmado por CNT, CGT, Suatea y CSI.

    Y ya en lo que sólo cabe calificar como una grave crisis psicótica, me imaginé caminando por las calles de Gijón junto con otros centenares de alucinados, portando pancartas y megáfonos, animados por el ritmo de los tambores y acompañados por un numeroso grupo de policías que protegían con abundante despliegue de medios las sedes de los bancos. La gravedad del brote alucinatorio me llevó a pensar que éramos bastantes más que en otras ocasiones y que la organización de la protesta tendía a dar resultados.

    Pero, querido psiquiatra, de toda esta situación de conflicto mental transitorio me rescataron los medios de comunicación asturianos. Al día siguiente, entendí que todo había sido un sueño, ya que ni los periódicos ni las emisoras de radio ni las televisiones dieron mayor importancia a lo que, en mi locura, había pensado que la tenía.

    Ahora, gracias a la inestimable labor de estos medios de comunicación asturianos, ya soy una persona más o menos normal. Ya entiendo que la crisis y el desempleo no son problemas colectivos cuya única solución pasa por la organización y la movilización, sino que resultan ser historias de alto contenido humano para lacrimógenos reportajes de fin de semana. También comprendo que protestar en la calle no arregla nada; es mejor quedarse en casa rezando para que ocurra un milagro (o dos si son pequeños).

    Pero, mi querido psiquiatra, todavía no estoy del todo curado, porque, presa de una pulsión delirante, imagino que las movilizaciones por la justicia social van a continuar y van a ganar en contenido y en participantes de forma que hasta los medios de comunicación asturianos van a tener que hacerse eco de ellas. ¿Qué me recomienda ante esta recaída? ¿Un tratamiento a base de dosis masivas de manipulación informativa o unas sesiones de electroshock neoliberal?

    A la espera de su respuesta, reciba un abrazo imaginario (la camisa de fuerza me impide todo tipo de movimientos) de este locatis asturiano.

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