martes, 7 de diciembre de 2010

UN PUENTE ANTICONSTITUCIONAL

Los que tienen la suerte de poder disfrutar de un placentero viaje en el puente de la Constitución, han tenido la mala suerte de tener que posponer ese viaje por la huelga salvaje que los controladores aéreos han realizado para protestar contra el gobierno. Una huelga que, como digo, ha sido anticonstitucional por haberla realizado sin previo aviso y sin fijar los servicios mínimos, perjudicando solamente a la población.

Por todo esto, un suspenso para los controladores y que recaigan sobre estos el peso de la ley. Pero, sin quitarle responsabilidad a estos señores con sueldos estratosféricos, ¿qué parte de culpa tiene el gobierno de Zapatero en este conflicto? Yo diría que mucha. El gobierno ha hecho dejación de funciones en este tema, y no lo digo por la determinación tomada de declarar al país en estado de alarma, sino por no haber hecho los deberes cuando tuvo que hacerlos. Si el conflicto comenzó hace ocho meses y prometieron realizar cambios en el convenio de los controladores mejorando la situación en la que estaban ¿por qué no cumplieron sus promesas? ¿Por qué tiene que crispar los nervios de los ciudadanos y contribuyentes prometiendo cosas que luego no cumplen?

Sr. Zapatero ya tiene el control de los aeropuertos, ya ha puesto en marcha la maquinaria para que los responsables del desastre de este puente paguen sus consecuencias y ha prometido que garantiza el servicio para las navidades. Perfecto, los ciudadanos están con Ud. en el castigo que deben recibir estos señores por incumplir su trabajo, pero ¿cuando se van a depurar responsabilidades en su gobierno? Aquí no sólo hay unos culpables llamados controladores sino que hay personas en su gobierno que prometieron y prometieron y después no cumplieron.

Sea serio Sr. Presidente y ponga a su gente firme igual que ha hecho con los controladores y si no es capaz de hacerlo, ponga su cargo a disposición del Congreso de los Diputados y márchese para que podamos tener otro presidente que sepa poner a la gente donde verdaderamente le corresponde.

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