jueves, 17 de marzo de 2011

LAS PETICIONES DEL VICARIO GENERAL DE LA DIÓCESIS

En la prensa de ayer se publicó una carta de mi buen amigo y Vicario General de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Guillermo Domínguez Leonsegui. En esta carta pedía la solidaridad de los fieles para con la Parroquia del Corpus Christi de Algeciras por los destrozos que había sufrido por los temporales del pasado fin de semana. En esta carta incluye hasta un número de cuenta para que se ingrese dinero y así poder ayudar a paliar los daños. Esta petición me llama poderosamente la atención sobre todo en los tiempos que corren.

Amigo Guillermo, creo que la petición de dinero para reparar un Templo es una auténtica incongruencia sobre todo cuando hay familias enteras que no tienen para comer, y Cáritas Diocesana está saturada de peticiones de personas que no pueden pagar la luz o el agua entre otras cosas. Amigo Guillermo, está bien que te preocupes de los bienes de la Iglesia pero te recuerdo que el bien principal del Cristianismo es el propio cristiano, es el fiel que acude a Misa y sin el cual las Iglesias estarían vacías.

Además, y si me lo permites, quisiera recordarte que cuando eras Vicario Parroquial de la Iglesia de San José nos enseñabas cómo se podía vivir una Eucaristía en el campo con un altar improvisado. Con todo el respeto para el Padre Chano, para tí mismo y para los feligreses de la Iglesia Algecireña, creo que esta petición en este momento está fuera de lugar. Si no se puede recuperar un Templo hay que esperar. Quizá sería mejor utilizar ese dinero para ayudar a los más necesitados que ahora son muchos y si hay que dar la misa en la plaza del pueblo no pasa nada.

Permíteme Guillermo decirte que hay que ser consecuentes con lo que se pide y ahora no es el momento de pedir para las Iglesias sino para las personas que la componen que, sean o no practicantes, la componemos todos. Es el momento de pensar en las personas y no en lo material, así tendremos una Iglesia semejante a la que creó Jesús que, recordemos, pensaba en la gente y no predicaba en los Templos sino en cualquier lugar del pueblo o ciudad. Ya llegará la hora de reparar lo material, ahora hay que reparar otra cosa.

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