El pasado viernes nos levantamos con la desagradable noticia de que la banda terrorista ETA volvió a matar, esta vez a un Comisario del Cuerpo Nacional de Policía. A partir de este momento el País entero se moviliza en contra de esta barbarie. Las fuerzas políticas comienzan a dar notas de repulsa. Las Administraciones comienzan sus actos con minutos de silencio. Los ciudadanos de a pie salen a la calle para manifestarse en contra de este atentado y en contra de estos asesinos. Todo esto mientras el Presidente del Gobierno anuncia que no escatimarán esfuerzos y no cesarán hasta que estos criminales estén en la cárcel.
Desde este blog se está de acuerdo con todas las manifestaciones y actos en contra de ETA, pero me gustaría hacer hincapié en un tema. El día antes del vil atentado, un energúmeno prende fuego a la vivienda de su ex-pareja asesinándola e hiriendo de gravedad a sus dos hijas, una de dos años y otra de diecinueve. El día siguiente del suceso del inspector de policía, las distintas emisoras de radio anuncian otro nuevo caso de violencia de género en el que muere otra mujer a manos de su ex-pareja.
Yo me vuelvo a preguntar: ¿qué ocurre con estos casos? ¿hasta cuándo vamos a tener que aguantar esto? ¿por qué estos malditos no son considerados terroristas?
Señores del Gobierno, ya es hora de que le pongan freno a esta otra banda terrorista que está campando a sus anchas en nuestra sociedad. Con esto no quiero que se me malinterprete y que crean que lo ocurrido el viernes tiene menos importancia que la violencia machista, todo lo contrario.
Ya es hora de que vean que si terrorismo es uno también lo es lo otro, y que todo el peso de la la Ley debe caer también sobre los asesinos maltratadores.
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