Ya llega la época del calor. Vacaciones en Colegios e Institutos, la ropa de invierno empaquetada y guardada en los armarios, luz solar hasta bien tarde y ambiente en la calle hasta altas horas de la madrugada.
Nuestra ciudad llena de luz se prepara para recibir a cientos de turistas y veraneantes que año a año visitan Cádiz. Aunque este año parece que vendrán menos, nuestras playas ya se preparan para el recibimiento masivo de gente de fuera y de dentro.
Cádiz no tendrá fábricas ni suelo para construirlas y será una ciudad que ya no podrá crecer más porque no hay más sitio donde hacerlo, pero dispone de una de las mejores, por no decir la mejor, playa del sur, donde en unos cuantos kilómetros podemos disfrutar de un día de playa, comiendo la típica tortilla de "papas" con pimientos asados, o si lo prefiere, degustar los magníficos manjares que nos sirven los distintos chiringuitos instalados en la arena. El que prefiera comer fuera de la arena, lo podrá hacer en cualquiera de los bares o restaurantes que hay en el paseo marítimo.
En Cádiz tampoco tenemos cines de verano, pero todos los viernes o sábados de la temporada estival podemos disfrutar de una película en una pantalla que se instala en plena Playa Victoria. Y si nos apetece una copa después de cenar podemos disfrutar de ella en cualquiera de los bares de copas situados en el perímetro playero de la ciudad. Sin olvidarnos, por supuesto, de los conciertos gratuitos en la arena de la playa con artistas de primer orden, las célebres barbacoas del Trofeo Carranza, o el ya instaurado carrusel de Coros de Carnaval que se celebra en el Casco Histórico.
En definitiva, Cádiz no puede presumir de empleo, ni de fábricas, ni de ser más grande que otras capitales, pero si de poseer un gran complejo veraniego al aire libre como son las playas con sus actos lúdicos y sus establecimientos hosteleros, acompañados de una agradable temperatura que en otros lugares no se llega a alcanzar.
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