Hace unas semanas se conoció la sentencia del caso Marta del Castillo en la cual se condenaba al autor confeso, Miguel Carcaño, a 20 años de prisión, y quedando absueltos los otros tres presuntos implicados en el asesinato y desaparición de la joven.
Esto nos hace ver lo mal que está el sistema en nuestro país. Nadie puede entender cómo se pueden ir de rositas estos tres personajes sin que haya aparecido el cuerpo de Marta, con un detenido que va a recurrir la sentencia y con un menor también acusado de encubrimiento y que, al igual que Carcaño, recurrirá y que ahora, para colmo, se niega en rotundo a pagar los gastos que ocasionó la busqueda del cuerpo de Marta.
Ante este despropósito yo lanzo una pregunta que me ronda por la cabeza y en cuya respuesta pudiera estar la solución a este y a otros problemas de la justicia en España: ¿por qué cuando se detiene a un integrante de la banda terrorista ETA a los pocos días se encuentra un zulo o dice dónde se encuentran otros integrantes del la banda asesina?
Quizá si los casos como el de Marta fueran atendidos como terrorismo y tratados de la misma forma que se trata a los casos de los etarras, el cuerpo de la jóven hubiera aparecido, Miguel Carcaño y el Cuco tendrían un castigo mayor del que tienen, los tres absueltos del caso estarían cumpliendo condena, y la familia de Marta podría descansar de una vez por todas.
Sr. Gallardón creo que, como flamante Ministro de Justicia, es una de las cosas a las que debería prestarle algo de atención e intentar cambiar. Creo que, al igual que muchos españoles, debería tener claro que si un miembro de ETA es un asesino y merece ser castigado con toda la dureza del mundo, estos personajes que se han reído de los jueces, de la policía, de los políticos y de España entera, también son asesinos y deberían ser tratados como tales y ser castigados de igual manera.
Justicia para Marta y que no se cierre el caso sin que ésta prevalezca de verdad. Un abrazo muy sincero a la familia del Castillo y desde este humilde blog estamos con Uds. y lucharemos codo con codo para que los culpables paguen el mal que han hecho.